A finales del año 1809, tras un año lleno de derrotas para el Ejercito Español, tuvo lugar una importante batalla por el dominio del puente del Alba de Tormes. La importancia de este puente era crucial, ya que era indispensable su dominio para mantener la línea del Tormes, y poder, de esta forma, contener a los ejércitos franceses.
Tras la derrota de Ocaña y la consiguiente paralización de las operaciones del ejercito español, el general Del Parque, sin decidirse a retirarse de la zona, acampó en las cercanías de Alba de Tormes, donde se encontró las tropas del general francés Kellerman, comandando una numerosa tropa de caballería.
Del Parque situó parte de sus tropas en la margen izquierda del río Tormes (dos divisiones) y dejó en la villa, a la derecha, las fuerzas restantes (cuartel general, artillería y bagajes) en una decisión incomprensible ya que entre ellas solo era posible la comunicación por medio del estrecho puente.
Kellerman, previendo la posibilidad de que el ejercito español se retirase a la otra orilla y sin tropas de infantería en sus filas, decidió arriesgarse y atacar tan solo con la caballería, en un intento de retener a los españolas hasta la llegada de sus tropas de a pie.
La caballería imperial francesa, con los húsares y los cazadores de Lorcet a la cabeza, se abalanzó en cuatro oleadas consecutivas contra la línea defensiva formada por los españoles, arrasando a los jinetes de Del Parque y comenzando a crear grandes destrozos entre las tropas de infantería española. Tras sufrir 3000 bajas entre muertos, heridos y prisioneros, los soldados españoles se replegaron hacia el puente del Tormes, consiguiendo pasar la mitad de ellos. El resto de la infantería consiguió formar en cuadro y se dispuso a esperar el asalto final.
Sin embargo, este no se produjo ya que el comandante francés entretuvo con maniobras fingidas a los españoles mientras esperaba la llegada de la infantería francesa. Tras tres horas de espera y escaramuzas, al anochecer, los cuadros españoles se lanzaron en una precipitada huida hacia el puente y la mayoría consiguió llegar hasta las posiciones de Del Parque. Afortunadamente, la infantería francesa no llegó a tiempo.
Del Parque fue expulsado por los primeros batallones franceses de infantería cuando arribaron y decidió retirarse de la zona.
En este desgraciado combate, tan glorioso para la infantería española, destacaron los regimientos españoles del Príncipe, Princesa, Gerona, Zaragoza y Navarra, que formaban parte de la vanguardia española y 2ª División.
En concreto, el Batallón 1º de Gerona, de Infantería Ligera, estuvo a punto de ser destrozado por la caballería francesa pero consiguió mantener sus líneas hasta los asaltos finales.